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Carrasco

El nombre deriva del apellido del poblador de Montevideo, Sebastián Carrasco, natural de Buenos Aires, soldado de la Compañía de Caballos Corazas del Capitán Martín José de Echauri

El 2 de agosto de 1744, Sebastián Carrasco y su segunda esposa, vendieron sus estancia al teniente coronel Domingo Santos de Uriarte. Casi un siglo después, las tierras que se encontraban en manos del Estado son rematadas y adquiridas por Juan María Pérez en $ 12.000. Al fallecer se dividen los predios entre sus herederos. Las posibilidades balnearias fueron percibidas por el Dr. Alfredo Arocena (1869-2947), abogado y empresario uruguayo, quien fundara el balneario junto a Esteban Elena.

El aislamiento de Carrasco dificultaba su acceso,  pero existieron dos pioneros de la zona, quienes fueron avanzados en las formaciones forestales: la de  Durandeau (hoy Parque Rivera) y Don Andrés Mendizábal, que se convertiría más tarde en un establecimiento vitivinícola (espacio que hoy ocupa el Shopinng Portones). Esta sociedad anónima quiso darle al futuro balneario características europeas, para lo que contrato al técnico paisajista francés Carlos Thays y al jardinero del mismo origen Le Bars. Thays proyecta entonces el sector central del balneario, con una concepción enriquecida por sus perspectivas y por la presencia de trazos curvos. Se incluirían en el proyecto un Hotel-Casino y una Iglesia, transformándose en un balneario de categoría al que asistirían turistas de ambas márgenes del plata.