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Vivero Costero en Carrasco

Más de 50 niños de la escuela Nº 189 San Nicolás culminaron el viernes 24 de noviembre un ciclo de talleres que recibieron para fomentar el sentimiento de pertenencia y promover la identidad costera, plantando en la Playa Carrasco un viviero costero que atenúe la pérdida de dunas y el avance del mar.

 

El proyecto había sido presentado meses atrás por parte del Equipo Técnico de Educación Ambiental (ETEA), en el Comité Participativo de Playas, frente a referentes del Municipio E. Su objetivo principal fue generar un plan de manejo costero integrado en la Playa Carrasco a través de recursos aportados desde los distintos niveles de gobierno, sectores sociales y franjas etarias que coexisten en el ecosistema costero.

Un estudio previo de la zona evidenció el deterioro de la línea costera; cada vez menos playa debido a la pérdida de dunas y al avance del mar. A su vez, se identificó el área donde se trabajó: la zona de playa frente al hotel Sofitel Casino Carrasco. El objetivo de trabajar sobre esta zona vulnerable fue reforzar y evitar la pérdida de este ancho de playa, promoviendo así la recuperación de las playas adyacentes.

Previo a la plantación que realizaron los niños/as se instaló una cerca captora de arena, con el fin de regenerar el sistema dunar de la playa, que permite la libre circulación del viento pero retiene la arena, provocando su acumulación. Una vez acumulada la arena, plantas psamófilas autóctonas son capaces de colonizarla, permitiendo su estabilización.

Tanto en los talleres que recibieron los alumnos/as en la escuela San Nicolás como la propia mañana de la plantación, los niños/as recibieron explicaciones sobre los distintos procesos, funciones y servicios que cumple el ecosistema costero, entre ellos el de resaltar el equilibrio dinámico de este, el intercambio de materia y energía que ocurren, su rol de defensa al avance del mar, el ciclo de la arena, flora y fauna asociada, entre otros.

Para realizar el vivero costero se recolectaron bolsas de leche usadas, que se utilizaron como macetas. En ellas se colocó los ejemplares vegetales a reproducir: margarita de la arena (Senecio crassiflorus), redondita de agua (Hydrocotile bonariensis) y pasto dibujante (Panicum racemosum). Según relataron de maestras/os y profesores/as que acompañaron la jornada, la actividad fue un éxito, no solo desde el punto de vista ambiental sino también desde el educacional. Quedó planteado el interés y la disponibilidad para reproducir durante el próximo año este tipo de talleres en otras escuelas y en otras playas, para así difundir una gestión de un manejo costero integrado que resulta ecológica, económica, dinámica, educativa y efectiva.